GRANDES PINTORES
Miguel Angel (1475-1564)
Hijo de Ludovico Buonarroti Simoni y de Francesca di Neri, Miguel Angel nació en Caprese, Arezzo, el 6 de marzo de 1475. Fue orientado por su padre hacia el estudio de humanidades bajo la guía de Francesco da Urbino, pero pronto demostró interés por el dibujo y entró en la escuela de Ghirlandaio, estimulado por su amigo Francesco Granacci en contra de los deseos paternos.
Esto ocurrió en 1488, año en que firmó un contrato en el que sé comprometía a permanecer en el taller del maestro florentino durante tres años, pero al siguiente abandonó ese taller para pasar a la libre escuela de escultura y de copia de obras antiguas que Lorenzo de Médicis instaló en los jardines de San Marco, a cuyo cargo estaba el escultor Bertoldo, discípulo de Donatello.
David (1504)
Descubierto por Lorenzo el Magnífico, Miguel Angel fue acogido en su palacio, donde conoció a los grandes pensadores humanistas -Marsilio Ficino, Pico della Mirandola, Poliziano- y tuvo la posibilidad de enriquecerse culturalmente. Sus primeras esculturas -La Batalla de los Centauros y la Virgen de la Scala- las realizó en la Corte de los Médicis.
En 1494, preocupado por las versiones de la próxima caída de los Médicis -en efecto, en noviembre de ese año Carlos VIII entró en Florencia- Miguel Angel huyó a Bolonia donde, luego de un breve viaje a Venecia, se hospedó casi un año en la residencia de Gianfrancesco Aldovrandi, dedicándose a estudios literarios y a la realización de la parte escultórica del Arca de Santo Domingo.
La Piedad (1499)
Al resurgir la República Florentina, retornó y siguió con atención la prédica de Savonarola, pero esta estancia fue breve. En 1496 llega a Roma, donde es protegido por Jacopo Galli, que le compró su Baco marmóreo y donde le encargaron la primer obra de importancia: La Piedad de San Pedro, realizada en 1498-99.
De regreso en Florencia en 1501, da comienzo a un período de intensa actividad, en primer término en la escultura, con el David, ubicado en 1504 en Piazza della Signoria como símbolo de la libertad florentina, y con los proyectos para los Apóstoles de la Catedral; luego, en el campo pictórico, con el gran cartón que representa La Batalla de Cascina, encargado por quien había confiado a Leonardo La Batalla de Anghiari, el Confaloniero Pier Soderini.
En marzo de 1505 el Papa Julio II lo llamó a Roma para encargarle su monumento sepulcral, dando así comienzo a una sucesión de controversias con el Papa y con sus herederos que finalizará en 1545 con la ejecución de un proyecto mucho más reducido que el grandioso plan inicial.
La frustrada realización de esta idea fue muy pesarosa para Miguel Angel, que la llamaba la "tragedia de la sepultura".
La creación del hombre (1508-1512)
Entretanto los encargos aumentaron y el artista se vio obligado a viajar constantemente a Florencia, Roma, Carrara y Pietrasanta, donde se ocupó personalmente de la extracción de los mármoles para sus esculturas.
En mayo de 1508, luego de una agitada ruptura y la siguiente reconciliación con el Papa Julio II, firmó el contrato para la decoración del gran cielo raso de la Capilla Sixtina, a la que se dedicó sin interrupciones y con gran pasión desde el verano de ese año hasta 1512.
Siempre trabajando en la tumba de Julio II, de la que realizó los Cautivos del Museo del Louvre y de la Academia, y el Moisés, Miguel Angel se ocupó también de los proyectos para la fachada de San Lorenzo, de las Tumbas Medíceas y del Cristo para Santa María sopra Minerva. En el otoño de 1524, Clemente VII -el nuevo Papa perteneciente a la familia de los Médicis- le hizo iniciar los trabajos para la Biblioteca Laurenziana y continuar los de las Tumbas que, comenzados en 1521, sólo serían terminados en 1534, año en que Miguel Angel se radicó definitivamente en Roma. Las primeras gestiones para el Juicio Final se remontan a setiembre de ese mismo año. Esta obra -que provocó tantos elogios como discusiones- cubría la pared del altar de la Capilla Sixtina, y fue terminada en 1541.
Los acontecimientos personales de esta etapa hallaron eco también en el arte de Miguel Angel, en particular la amistad con el joven Tommaso de' Cavalieri, a quien le dedica dibujos y poesías, y el amor por la poetisa Vittoria Colonna, marquesa de Pescara, que lo hizo participar de los problemas planteados por la Reforma y de las ideas propias del círculo de Valdés. Entre 1542 y 1550 se ocupa de los frescos de la Capilla Paolina, siempre en el Vaticano, se dedica a obras arquitectónicas como la terminación del Palazzo Farnese, del arreglo del Campidoglio y en especial los trabajos para San Pedro, para cuya realización fue elegido por Paulo III en 1547, y terminó varias esculturas, desde la Piedad de la Catedral de Florencia, en la que trabajó en 1555, hasta la última e inconclusa Piedad Rondanini.
Ya sus contemporáneos lo proclamaron el mayor artista de todos los tiempos, e influyó notablemente en el arte de su siglo. Admirado sin reservas por algunos, odiado por otros, honrado por papas, emperadores, príncipes y poetas, Miguel Angel murió el 18 de febrero de 1564. Vasari nos refiere que "con gran lucidez hizo su testamento con tres palabras: que dejaba su alma en manos de Dios, su cuerpo a la tierra y los objetos a los parientes más próximos".
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